Respaldamos el llamado de la Unidad Sindical Magisterial, padres y madres de familia, docentes y personal de apoyo del sistema de educación pública, a que las escuelas deben permanecer cerradas ante la expansión acelerada del COVID-19 en todo el país.
En plena emergencia sanitaria, el Ministerio de Educación (MINED), orientó regresar a las aulas de clase, este martes 21 de julio a 57 mil docentes y 1.7 millones de estudiantes de más de 10 mil escuelas a nivel nacional, atentando contra la estabilidad del sistema educativo, la economía de miles de familias y exponiendo a miles de nicaragüenses al contagio por COVID-19.
La Unidad Sindical Magisterial llama a padres a no enviar a sus hijos a clases y protegerse con cuarentena voluntaria. El Estado asumir su rol de garante y protector de derechos de los niñas, niños y adolescentes, la implementación de acciones que los protejan.
Ante la reapertura de clases obligatoria, muchos padres de familia se unieron en desobediencia civil no enviando a sus hijos a los colegios y en consecuencia, docentes y personal educativo han recibido constantes amenazas de despido. A su vez, el gremio magisterial constata que, el MINED no ha brindado ninguna orientación a su personal sobre cómo enfrentar la emergencia sanitaria.
Los docentes de los colegios públicos se sienten cada día más atemorizados de contraer el virus, pero ante la negación de la dictadura de suspender las clases presenciales, se ven obligados a asistir a los centros escolares.
Condenamos el maltrato psicológico y amenazas de despido de parte de autoridades del régimen en contra de maestros y maestras. Demandamos el cese a los despidos injustificados de docentes, con quienes reconocemos, una vez más, la enorme deuda política y moral que tenemos hacia ellos como sociedad.
La protección de nuestros docentes y personal educativo debe también ser una prioridad.