Construyendo consenso nacional político sobre reformas electorales

Palabras de Max Jerez en el «Foro construyendo consenso nacional político sobre las reformas electorales»

No cabe la menor duda que el 2018 fue el año del despertar del pueblo de Nicaragua. El régimen de Ortega, confiado del poder concentrado año tras año, del adoctrinamiento hacia la juventud, de sus políticas clientelares, y del control social, colapsó. Nos llenamos de valor, esperanza, de ilusión. Salimos a las calles con la idea de una Nicaragua  distinta. Convencidos de la lucha cívica fuimos convocados y asistimos al Diálogo Nacional, sectores distintos y con intereses encontrados, nos convencimos que no era momento de velar por nuestros propios intereses y fuimos capaces de aliarnos por las dos grandes demandas: Justicia y Democracia.

Pero también fue un año de muerte y dolor. El régimen cerró la puerta al diálogo, y como consecuencia se impuso el caos y la violencia. Llegó el horror de la operación limpieza, el exilio, los estudiantes expulsados, el cierre y ocupación de organizaciones, medios de comunicación, de los secuestros, torturas y arrestos. Al cerrar el año tuvimos más de 326 asesinados, ochenta mil exiliados, cientos de desempleados y más de 700 presas y presos políticos.

Con ese contexto llegamos a la Mesa de Negociación. Un proceso de Negociación en primer lugar atípico, pues la demolición de la institucionalidad democrática y el colapso del sistema electoral y el de partidos impiden que podamos elegir a nuestros representantes y que negociaran partidos verdaderamente legítimos, sino que negociaran los sectores.

Siendo conscientes de estas dificultades, y de que no podíamos poner la carreta delante de los bueyes exigiendo representación perfecta en ausencia de democracia, decidimos centrarnos en lo que debe negociarse. Así presentamos y difundimos ampliamente nuestra agenda, que consideramos recoge las principales demandas del pueblo de Nicaragua: la libertad de los presos políticos, el restablecimiento y respeto de nuestras garantías y derechos constitucionales, la justicia para las víctimas, y la democratización del país.

En segundo lugar ha sido un proceso difícil, incluso para Ortega, para quien la negociación con la Alianza Cívica se volvió un tormento, pues encontró un interlocutor distinto, dispuesto a resolver los problemas de fondo y sin prebendas. Indudablemente Ortega hubiese preferido negociar con interlocutores mucho más manejables que le permitieran pactar sin resolver los problemas de fondo y continuar teniendo el control del sistema político.

A pesar de todo tuvimos algunos acuerdos y haciendo esfuerzos conjuntos con la gran mayoría de ustedes aquí presentes, y de toda la ciudadanía, logramos la liberación parcial de más de 600 presos y presas políticas, el reconocimiento de la violación de nuestros derechos fundamentales y el compromiso de Ortega para garantizarlos. Sin embargo Ortega no ha cumplido. Tenemos nuevamente un proceso de negociación suspendido, más de 100 presos políticos, medios de comunicación ocupados, bienes robados, una crisis económica creciente y un estado policial de facto. Las causas de la crisis, la ausencia de justicia y democracia siguen estando pendientes.

Ante este terrible escenario no hemos dejado de plantearnos una salida que genere los menores costos para la sociedad nicaragüense, una salida negociada, cívica y democrática: la vía electoral. En sintonía con la lucha cívica del pueblo hemos hecho eco de la necesidad de tener elecciones anticipadas, libres, incluyentes, transparentes y observadas, y aunque parezca fuera de lugar hablar de elecciones en medio de una crisis política y humanitaria, con presos políticos, exiliados y cientos de víctimas, estamos conscientes de que no debemos perder de vista que con Ortega en el poder nunca dejará de haber asedio, persecución, exilio y cárcel. Por eso hoy es tan urgente exigir la liberación de nuestros presos políticos y el respeto a nuestros derechos, como la solución definitiva: realizar elecciones libres para sacar a Ortega del poder.

Tristemente para nadie es un secreto que no tenemos un sistema electoral creíble sino más bien un sistema ineficiente, parcializado y partidario. No basta realizar elecciones sin contar con un sistema electoral mínimamente confiable que responda a los intereses del ciudadano. Es por eso que sostenemos el compromiso adquirido a través de nuestra agenda para la Mesa de Negociación publicada el 19 de Marzo de 2019, y en la que expresamos como prioridad:

“Restablecer la confianza en el Sistema Electoral dentro de la ciudadanía nicaragüense a través de la implementación de las recomendaciones u observaciones de las misiones de acompañamiento electoral y otras propuestas de reformas que garanticen procesos electorales anticipados, libres, justos, transparentes y observados”.

Sin embargo, una responsabilidad tan grande no podemos asumirla solos. Estamos convencidos que debemos promover consensos entre las fuerzas democráticas en torno a los elementos que consideremos adecuados para restablecer con urgencia la confianza perdida en nuestro sistema electoral.

Cabe destacar que con anterioridad las circunstancias provocadas por el régimen y urgencias del momento nos privaron de espacios propicios para dialogar de forma eficiente y lograr consenso, aunque no se impidió que tuviésemos acceso a recopilación de propuestas e insumos provenientes de diferentes organizaciones y sectores sociales, así como la suma de esfuerzos y estrecha colaboración con el Grupo Promotor de reformas electorales, que ha desarrollado un amplio proceso de recopilación de insumos y que próximamente estará presentando elementos técnicos con mayor profundidad.

Es por ello que la presentación y conversación de hoy constituye un esfuerzo importante de la Alianza Cívica por promover ese consenso nacional en torno a los aspectos políticos generales en el tema electoral, reconociendo la vía electoral como salida a la crisis sociopolítica que enfrentamos. Teniendo presente que esta no constituye un tema acabado, sino más bien un proceso en construcción, que pasa por espacios de consulta amplios con diversos sectores y vinculado al contexto de la Mesa de Negociación.

Es pues un paso importante, el inicio de un proceso intensivo de construcción de consenso en torno a la reforma electoral, que junto al de los elementos básicos de la Nicaragua que construiremos constituyen dos de nuestros más grandes retos.

Los aquí presente, independientemente de nuestra procedencia, debemos asumir el reto y el compromiso de trabajar juntos y organizados para que el grito de ¡viva Nicaragua libre! deje de ser una consigna y se convierta en una realidad.

¡Muchas gracias!

Max Jerez, dirigente estudiantil, coordinador de la Comisión de Gestión Política de la Alianza Cívica

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