Después de 15 días de arresto domiciliar de hecho, en horas de la madrugada, la dictadura de Ortega y Murillo ha llevado a cabo oficialmente el arresto arbitrario de Monseñor Rolando Álvarez Lagos y de siete miembros de la Diócesis de Matagalpa. Este arresto tuvo por objetivo evitar un respaldo masivo de la ciudadanía católica y no católica, al líder religioso. El régimen califica los actos meramente religiosos de Monseñor Álvarez y su Diócesis como “actos de desestabilización al Estado de Nicaragua, de alteración a la paz y la armonía de la comunidad y de promoción de odio”.
La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia condena de forma enérgica el allanamiento ilegal, forzoso y violento de la Curia Episcopal de Matagalpa; el posterior traslado a arresto domiciliar arbitrario de Monseñor Rolando Álvarez y la detención arbitraria en la Dirección de Auxilio Judicial “el nuevo Chipote”; de las siete personas entre sacerdotes y laicos que lo acompañaban. Con este atropello la dictadura ha violentado la autonomía administrativa de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, al impedirle a Monseñor Álvarez llevar a cabo su apostolado.
Exigimos al régimen de Ortega la atención médica de cada una de los sacerdotes y laicos detenidos, así como la comunicación con sus familiares.
Denunciamos a nivel nacional e internacional este atropello a la libertad religiosa, la libertad de pensamiento y conciencia, la libertad de expresión y el derecho de vivir en paz y en libertad.
Invitamos al pueblo de Nicaragua a mantenernos en oración y firmes en nuestras aspiraciones ciudadanas. A la comunidad internacional, les instamos a utilizar todos los medios diplomáticos y de cooperación bilateral y multilateral que sean necesario para presionar a la dictadura de Ortega y Murillo a una salida pacífica y cívica de la profunda crisis política, de derechos humanos, social y económica que vive Nicaragua.