El irresponsable manejo de la pandemia en Nicaragua por parte del régimen, por todos conocido ha dejado un crecimiento exponencial de afectados y las consecuencias lamentables en la ciudadanía. A la fecha, se han negado a a suspender las clases, establecer cuarentena, implementar un plan de prevención social y lejos de proteger, organiza actividades de aglomeración cada semana.
Con la decisión irresponsable de no cerrar las escuelas públicas, expone a más de 45 mil docentes y 1.2 millones de estudiantes de más de 10 mil escuelas, en niveles básicos y bachillerato a nivel nacional. Desde que se confirmó el primer caso de COVID-19 en Nicaragua, el 18 de marzo, padres y madres de familia decidieron, dejar de enviar a sus hijos e hijas a clases, decisión responsable y aplaudible.
Al no proteger este sector, el régimen atenta contra la estabilidad del sistema educativo y la economía de miles de familias nicaragüenses. La Unidad Sindical Magisterial, miembro de esta Alianza, que está compuesta por miles de trabajadores docentes de todo el país, ha podido confirmar la muerte de al menos 30 docentes fallecidos a la fecha, así como de centenares de docentes, secretarias, conserjes y personal de seguridad que en este momento presentan síntomas de COVID-19.
Asimismo, denuncian que los maestros nicaragüenses con síntomas de COVID-19 no tienen acceso a las pruebas PCR, para saber si sufren el padecimiento, y cuando presentan los síntomas son enviados a reposo como si se tratara de una gripe común, mientras las clases continúan sin ser suspendidas.
La situación de algunos docentes es crítica, ya que no siempre tienen acceso a agua potable, y el salario tampoco les permite comprar alcohol líquido o en gel de forma constante. La protección de nuestros docentes y personal educativo debe también ser una prioridad.
También demandamos el cese a los despidos injustificados de maestros y maestras, acon quienes reconocemos la enorme deuda política y moral que tenemos hacia ellos como sociedad.
Nuestra solidaridad al profesorado nicaragüense. Nuestro total reconocimiento para maestros y maestras que tuvieron que convertirse en docentes virtuales de la noche a la mañana y han llevado la educación a muchos hogares nicaragüenses. Un abrazo hasta las comunidades del interior de nuestro país a los esforzados maestros y maestras comunitarias.
Hoy nos solidarizamos con el magisterio nacional, agradecemos sus aportes, enseñanzas, ejemplos, dedicación, amor y sacrificios en la construcción de una nueva Nicaragua. Nuestra solidaridad a las familias de los maestros y profesores que han fallecidos víctimas del COVID-19 y para el personal que se encuentra batallando por su salud.