En esta navidad, no debería haber ningún preso político. Ninguna madre, padre, hija o hijo debería privarse de compartir con sus familiares. No solo por que no han cometido delitos, sino por lo que establecen los acuerdos del 27 y 29 de marzo firmados en la mesa de negociación.
Nos unimos a la campaña de Navidad sin presos políticos que exige la libertad inmediata de los secuestrados, cuatro de ellos con órdenes de libertad y que siguen siendo retenidos por el Sistema Penitenciario Nacional.
Una vez más, nos unimos a los familiares y a los presos políticos en la demanda inmediata su liberación y en el cese a la represión. Protestar es un derecho, no un delito.