El 30 de enero de 2020, la OMS declaró a la enfermedad por COVID19 como una Emergencia de Salud Pública de Interés Internacional (ESPII) y el 11 de marzo de 2020 la declaro pandemia. Desde el 3 de febrero de 2020 emitió recomendaciones a los países para la gestión de la emergencia. En estas recomendaciones estableció la importancia de la coordinación a nivel nacional, la comunicación del riesgo y participación ciudadana, la vigilancia epidemiológica, el control en los puntos de entrada, el fortalecimiento de los laboratorios, el manejo de los casos y los aspectos logísticos.
Hoy, hace un año, el 18 de marzo de 2020, el gobierno de Nicaragua dio a conocer el primer caso de la pandemia de enfermedad por coronavirus. Durante este año, el Gobierno de Nicaragua ha fallado en adoptar la mayoría de las recomendaciones de la OMS con graves consecuencias para la salud de la población.
En sus tres primeros comunicados, hace casi un año, la Unidad Médica Nicaragüense, hizo 27 recomendaciones específicas al Gobierno de Nicaragua para enfrentar la pandemia, las cuales no se cumplieron o se cumplieron parcialmente.
Esta deficiencia de la respuesta nacional ante la pandemia se expresa en decenas de miles de casos evidenciados por los reportes comunitarios del Observatorio Ciudadano, miles de muertos por covid – 19 (evidenciados por los estudios sobre el exceso de mortalidad).
En el caso del personal de salud, la negligencia estatal de proveer equipos de protección personal y organizar los servicios para la prevención, se ha reflejado en 884 casos ,116 defunciones en personal de salud y despidos de personal al demandar sus derechos.
Al día de hoy la población no tiene acceso a información veraz acerca de la pandemia; no puede realizarse libremente las pruebas de laboratorio para covid, ni las pruebas de anticuerpo; no existen normas terapéuticas acordes con los avances de la literatura médica; no se diagnostican, ni registran adecuadamente las atenciones ambulatorias, los egresos hospitalarios, ni las defunciones. El gobierno sigue promoviendo eventos masivos e ignorando las medidas preventivas básicas como el uso generalizado de mascarillas y el distanciamiento social.
Las esperanzadoras noticias de la aprobación de las primeras vacunas y el registro de emergencia de dos de ellas en Nicaragua, la SputnikV y la AstraZeneca, se estrellan con la lentitud de la respuesta gubernamental y la falta de un plan transparente de vacunación. Nicaragua tiene 6.7 millones de habitantes en 2021, y a la fecha se tiene la promesa de donación de parte de la iniciativa COVAX de cubrir al 20% de la misma, y las donaciones hechas por los gobiernos de Rusia e India, de 200 mil y 6 mil dosis respectivamente. Estas 206 mil dosis cubren a un 1.5% adicional de población.
Para cubrir a la población mayor de 16 años (cerca del 70%), el gobierno necesita comprar o gestionar donaciones de vacunas para el 48.5% de la población restante, esto es, 3,249,500 nicaragüenses. Según el Gobierno, en diciembre del año pasado, ya habían asegurado préstamos por $107 millones de dólares para adquirir las vacunas ($50 millones con el BCIE y $57 millones con el BID). En febrero de este año el BCIE anuncio el incremento del préstamo hasta $100 millones, por lo tanto, habría disponibles ya hasta $157 millones de dólares, cantidad suficiente para comprar las vacunas más económicas de diez dólares la dosis.
El 14 de enero, el Gobierno informo que planea vacunar al 55% de la población, sin embargo, dos meses después solo se ha iniciado la vacunación a 3,000 personas, la donación de Covax va muy lenta (solo el 5% de la donación esperada se ha recibido) y se desconoce el avance del plan de vacunas a la fecha.
Para que las vacunas sean herramientas efectivas para el control de la pandemia, deben ser aplicadas de forma oportuna. Las nuevas variantes pueden ser más transmisible y hacer las vacunas menos eficaces. Aún se desconoce el porcentaje de vacunados para alcanzar la inmunidad colectiva, por lo tanto, se debe aspirar a vacunar de forma universal, ya que mientras existan personas susceptibles de ser infectadas, el virus continuará reproduciéndose y creando nuevas variantes. Ya hay tres nuevas variantes en veinte países de la región. El 23 de febrero Costa Rica informó de la detección de las variantes británica y sudafricana. Aunque Nicaragua no tiene capacidad para detectar estas variantes, es sabido que la vacuna de Astra Zeneca tiene una acción limitada contra ellas.
Considerando que la vacunación oportuna y adecuada es parte del derecho a la salud, debe ser gratuita y accesible en el menor tiempo posible, para evitar los riesgos a la salud, exigimos al Gobierno de Nicaragua que:
- informe de las acciones en curso para gestionar las vacunas y los avances en su aplicación
- desarrolle un plan de vacunación universal y agresivo para cubrir a toda la población nicaragüense mayor de 16 años,
- acelere la vacunación, priorizando en el tiempo a los grupos más vulnerables
- vacune inmediatamente a todos los trabajadores del sector, sean del sector público, privado o de sociedad civil
- comunique a la población general los procedimientos para acceder a las vacunas de forma ordenada y segura
Recomendamos a la ciudadanía que mantenga las medidas de prevención: lavado de manos, uso de la mascarilla, distanciamiento social y quedarse en casa al máximo.
Consejo Directivo Nacional
Unidad Médica Nicaragüense
Unidad Médica Nicaragüense-UMN: Es una organización sin fines de lucro, la cual tiene como propósitos, la defensa gremial y de los Derechos Humanos, la defensa legal de los derechos vulnerados, y el desarrollo profesional de sus asociados; la lucha contra los despidos, la criminalización, la judicialización, la persecución, el acoso laboral, la expulsión de estudiantes universitarios y la persecución de los profesionales de la salud por la libre realización de su labor humanitaria a favor de la vida.