El 17 de julio, hicimos propia la resolución aprobada en la 49 reunión ordinaria de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada en Medellín, que literalmente dice: “Instar a la reanudación de la negociación efectiva y de buena fe entre el Gobierno de Nicaragua y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia y al cumplimiento pleno de los acuerdos alcanzados.”
Hoy estamos aquí honrando nuestro compromiso con la nación. Es urgente reanudar la mesa de negociación, la crisis política, social y económica se sigue agravando y el camino cívico es el escogido por la población nicaragüense.
La Mesa de Negociación requiere abordar el cumplimiento total de los dos acuerdos aprobados: de presos políticos y de libertades ciudadanas; la agenda pendiente de democratización y reformas electorales; verdad, justicia, reparación y no repetición; así como sus mecanismos de implementación, entre ellos el retorno seguro de exiliados, libertad de expresión, restitución de personerías jurídicas, desarme de parapolicías y autonomía universitaria.
Desafortunadamente, la contraparte gubernamental no se ha hecho presente, con lo que se demuestra, una vez más su falta de voluntad para resolver la crisis actual por la vía cívica que también demanda la comunidad internacional.
La negativa al diálogo y el incumplimiento de los acuerdos aprobados castiga a toda la población, incrementa la pobreza, el desempleo, la necesidad de emigrar y la desesperanza. Responsabilizamos al régimen por el dolor de las familias de las víctimas, de los presos políticos y sus familiares, el sufrimiento de los exiliados, y de los hogares que han perdido sus empleos. Todo lo que ha pasado en Nicaragua es responsabilidad de este régimen que ha reprimido y continúa reprimiendo indiscriminadamente el descontento popular.
Reafirmamos nuestro compromiso por un acuerdo político efectivo y de buena fe que le brinde estabilidad al país y genere avances en materia de reforma electoral, adelanto de elecciones y derechos humanos.
Reiteramos nuestro llamado a todas las fuerzas democráticas de la nación para que unidos trabajemos por la Nicaragua que todos nos merecemos y con la que todos soñamos.