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- Repudiamos todo intento de boicot al Diálogo Nacional por parte del régimen Ortega Murillo. No permitiremos que se criminalice el actuar de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y sus Obispos en su rol de mediadores y testigos y se les tilde de «golpistas». Hacemos un reconocimiento a la labor de los miembros de la Comisión Mediadora, designados por la CEN.
- Nuestras exigencias mínimas para transitar a una democracia con justicia a través del Diálogo Nacional son:
a- El cese a la represión, intimidación, persecución, tortura y asesinatos hacia los y las que se han involucrado en el proceso lucha. ¡No a la criminalización de la protesta pacífica!
b- Liberación de los presos políticos y no judicialización ilegal de los y las manifestantes. De manera fundamental, a Medardo Mairena, miembro activo en el Diálogo Nacional y miembro de la Comisión de Verificación y Seguridad, y Pedro Mena, ambos miembros del Movimiento Campesino. De igual forma exigimos la liberación de Irlanda Jerez, y los líderes estudiantiles Marlon Fonseca, Hansel Vásquez y Rodrigo Espinoza.
c- Desarticulación de los grupos parapoliciales, grupos de choque y turbas afines al régimen, que han asediado y sembrado terror en gran parte del país.
d- El abordaje de la agenda de democratización en el Diálogo Nacional que propone el adelanto de elecciones libres, transparentes y competitivas para el primer trimestre del 2019, tal como lo expresa la resolución aprobada por el Consejo Permanente en su reunión extraordinaria del día 17 de julio del año en curso. - El momento histórico nos demanda estar abiertos a tomar en cuenta aquellos aspectos que pueden ser negociados y que respondan a las exigencias populares. Exigimos que en el Diálogo Nacional se ponga sobre la mesa lo sustancial de la negociación y se muestre voluntad política para resolver la grave crisis del país, tal como el pueblo lo demanda.
- Llamamos al pueblo de Nicaragua a seguir la lucha cívica, a manifestarse pacíficamente, a hacer uso de los repertorios de acción heredados del pasado como es la lucha no violenta activa, pero también a encontrar otras formas de protesta cívica. La lucha en las calles es el garante de que estas no vuelvan a ser monopolio y privatización de un sector político, pero también un medio de presión para que el régimen ceda en los espacios de negociación del diálogo.
- Hacemos un llamado a los cuadros históricos, a la militancia Sandinista, a la Juventud Sandinista y a los funcionarios públicos que creen que el único camino hacia la libertad, la justicia y la democracia es el diálogo verdadero, a no continuar dando su apoyo al régimen Ortega Murillo y unirse a la lucha cívica por la liberación de Nicaragua. La Nueva Nicaragua no se construirá bajo la lógica de la venganza ni la impunidad, sino a partir de la justicia y la democracia. Por lo anterior, instamos al pueblo a no caer en provocaciones, porque la verdad y la justicia están de nuestro lado.
- Finalmente, es fundamental articular visiones y líneas de acción compartidas entre expresiones organizativas que surgieron previo y durante a la insurrección de abril, y de manera fundamental, a aquellas coaliciones amplias entre sectores que están surgiendo en los territorios. Solo la unidad frente al régimen Ortega Murillo nos hará vencer.
Es por nuestros compañeros y compañeras asesinados, por las madres de abril, mayo, junio y julio, por los y las atrincherados que han resistido el asedio del régimen y sus fuerzas represivas, por los campesinos y obreras, por los presos y perseguidos políticos y por todo el pueblo autoconvocado que nosotros y nosotras continuaremos con nuestra lucha cívica y pacífica.
Coalición Universitaria y de Sociedad Civil
AmCham
Funides
Faganic
Costa Caribe
Consejo Nacional en Defensa de Nuestra Tierra, Lago y Soberanía – Movimiento Campesino
COSEP
Upanic
Sociedad Civil
