En las vísperas de conmemorar un año de que Nicaragua haya alzado la voz ante el régimen, nuevamente se han violentado los derechos de libre expresión, de libre concentración, se ha violentado la Constitución y los acuerdos del 29 de marzo de 2019 firmados por la Alianza Cívica y el mismo Gobierno.
El asedio de hoy solo entorpece la construcción de una salida pacífica y democrática al conflicto sociopolítico que vive Nicaragua. Los hechos dicen más que cien comunicados gubernamentales. Más de 64 apresados por haber expresado su opinión, asedio al libre pensamiento, persecuciones, todas acciones represoras que se suman a la larga lista de violaciones a los derechos humanos que ejerce el régimen Ortega Murillo en Nicaragua.
La represión es la expresión del miedo al pensamiento diverso, y que cuestiona. El régimen le teme al nicaragüense que piensa y actúa libremente. Hoy el régimen expresó su temor, hoy repitió su patrón represor. Lo hizo hoy, cuando conoció de las sanciones a su régimen familiar. Las sanciones son solo una reacción ante la represión y los reiterados incumplimientos. Evitarlas está en las manos de quienes deben liberar a los presos políticos y liberar de su represión a Nicaragua.